Otra vez nos tenemos que rendir ante el buen hacer (por no hablar del cuerpazo que gasta el niño) de Rafa. En el partido más largo que se ha producido nunca en una final de Wimblendon, el tenista español se deshizo por fin del gran campeón Federer, donde más le ha tenido que doler al suizo, en su superficie preferida: la hierba!
Un partidazo de infarto, en el que pudimos disfrutar del juego genial de Rafa y el el que, debido a las más de cuatro horas de duración, tuvimos tiempo de fijarnos en los más mínimos detalles de su fisonomía: una obra de arte.
Desde aquí nuestro homenaje a este chicarrón de las Baleares: ¡Vamos Rafa!
No hay comentarios:
Publicar un comentario